Selección y prólogo de Javier Ocampo López. Bogotá, Editorial Áncora Editores, Panamericana Editorial, 2002, 174 págs. ISBN: 958-36-0082-2
CONTENIDO
Prólogo.............................................................................................................................................................9
1.Declaración de los derechos del hombre y del
ciudadano (1794)..........................................................................................................................................37
2. Defensa ante los tribunales (1795)...........................................................................................................41
3. Ensayo sobre un nuevo plan de administración en el
Nuevo Reino de Granada (1797)..................................................................................................................93
4. Noticias muy gordas (1811)....................................................................................................................115
5. Manifiesto al público de Cundinamarca (1812).....................................................................................119
6. Discurso para la apertura del Colegio Electoral (1813).........................................................................135
7. Parte del Gobierno de Cundinamarca sobre la Campaña del Sur (1814).............................................151
8. Carta desde Gibraltar a Francisco Antonio Zea (1820)..........................................................................157
9. Discurso ante el Congreso de Cúcuta (1821)..........................................................................................163
PRÓLOGO
En la historia de Colombia han existido grandes personalidades, cuyo pensamiento y acción señalan las directrices en el devenir histórico de este pueblo, que como los demás de Hispanoamérica, se estructuró y consolidó en un Estado nacional, democrático y republicano, después de la Revolución de Independencia en la primera mitad del siglo XIX.
Ante la crisis del Imperio Español de Ultramar, después de los tres siglos de coloniaje en estas tierras de América, se impulsó el cambio hacia un nuevo orden socio-político, económico y cultural que se fraguó en el siglo XVIII, característico de la Ilustración, el racionalismo, el antropocentrismo contra el teocentrismo, las libertades y la democracia que se enfrentó al Antiguo Régimen monárquico, señorial y colonial.
Uno de estos ideólogos fue don Antonio Nariño y Álvarez (1765-1823), llamado por los colombianos “El precursor de la Independencia” y la libertad contra la dependencia colonial. Este prócer fue el primero en concebir y llevar a su plenitud la vigencia de una patria libre e independiente del régimen español. Dio la voz de alerta hacia el cambio antropocéntrico con la traducción y publicación de los derechos del hombre y del ciudadano, con influencia de las ideas de la Ilustración, el individualismo y las libertades. Los procesos de 1794 contra Nariño, los pasquines y la conspiración revolucionaria, dieron las bases para la llamada incubación de la independencia, con antecedentes en el movimiento insurreccional de los Comuneros de 1781.
El precursor fue juzgado como conspirador por el gobierno español y sufrió el destierro y la cárcel en Cartagena, Cádiz y Santafé de Bogotá durante varios años. Después del 20 de julio de 1810, fundó el periodismo político en la Nueva Granada con su semanario la Bagatela. Fue nombrado presidente y dictador del estado de Cundinamarca en la Primera República Granadina, que años después él llamó “Patria Boba”.
Se declaró partidario del sistema centralista de gobierno, como único medio para consolidar la unidad frente a la Reconquista Española. Le correspondió afrontar la primera guerra civil entre los centralistas y los federalistas. Comandó como teniente general la Campaña del Sur contra los realistas de Popayán Pasto y Quito en 1813. Después de su derrota fue hecho prisionero en Pasto y conducido como reo político a la cárcel de Cádiz en España, en donde estuvo hasta el año 1820.
A su regreso, el Libertador Simón Bolívar lo nombró vicepresidente de Colombia y con su alta dignidad y mérito patriota fue comisionado para inaugurar el Congreso de Cúcuta de 1821. Sus opositores lo criticaron y atacaron sus actuaciones como tesorero de diezmos en el régimen colonial y su derrota militar y entrega a los realistas en la Campaña del Sur. Es célebre su defensa ante el Congreso de Colombia en el año 1823, el mismo de su muerte, el 13 de diciembre en Villa de Leiva. Se le ha llamado “el padre de los derechos humanos”, y uno de los ideólogos de las instituciones democráticas-republicanas en Colombia.
Con su sentido político llegó al conocimiento de la realidad de un pueblo que iniciaba las nuevas instituciones republicanas. Los derechos humanos para un pueblo subyugado en la opresión colonial. La guerra de independencia contra los realistas con mayor fortaleza en el sur. Y las propuestas para un nuevo sistema de gobierno de acuerdo con las realidades políticas: centralista, cuando consideró necesaria la unidad de la Nueva Granda, con una soberanía nacional un divisible ante la posible reconquista española. Y federalista, cundo se conformó la república de Colombia, integrada por las antiguas colonias españolas del Virreinato del Nuevo Reino de Granada, la Capitanía general de Venezuela y la Presidencia de Quito. Nariño consideró que ante la nueva realidad política era imposible el centralismo, e indispensable la federación grancolombiana, que él llamó “Repúblicas equinocciales”. Lo anterior señala la trascendencia de este político e ideólogo, que es considerado uno de los padres de la democracia y el republicanismo colombiano e hispanoamericano.